¿Y cómo luchar contra la fuerza del corazón? No, no, imposible, la puedes adormecer, pero ella siempre estará ahí, callada escondida en el fondo, en lo más profundo del corazón, en el silencio del alma hasta el último suspiro que exhale, hasta un segundo después del último latido de mi corazón, hasta que deje de correr la sangre en mis venas, y mientras permanezca tibia en mi cuerpo. Aun entonces, esa fuerza seguirá viva
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